La terapia familiar ha demostrado ser especialmente beneficiosa en los momentos de crisis. Reconoce la importancia del contexto familiar y relacional para cada individuo. Por lo tanto, en la terapia se respetan todas las perspectivas, creencias, visiones y narrativas diferentes y se fomenta su expresión y comprensión. Aunque la familia avanza como un todo, el proceso terapéutico alienta y apoya simultáneamente el crecimiento y el desarrollo de cada individuo.